El método científico (III)
Enviado por Jordi en Mié, 23/11/2011 - 19:36Este post es el tercero de una serie de cinco que he publicado previamente en mi blog personal en Blogger, Pitufox27, con algunas reflexiones (muy personales y siempre en clave de humor) sobre la ciencia.
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© H Berends - Test tube. |
Mi joven rechazo a los sectarismos, idolatrías y demás lamidas de culo asociadas al mundo de las Artes y las Letras se vió claramente influenciado por el contraste que yo percibía con las áreas científicas. Por supuesto, la condición humana es inherente a todos y, por lo tanto, dentro del mundo científico también existían personalismos, cultos a la autoridad establecida y mucho, muchísimo peloteo por parte de los subordinados hacia el Gran Jefe que Todo lo Sabe.
Con los años, ya en la Universidad, descubrí que el ego de muchos profesores, catedráticos, ... etc, no tenía nada que envidiar al de los críticos literarios, prohombres de las Letras, artistas galácticos y demás fauna que habita en los ecosistemas de las galerías de arte, Ministerios de Cultura y subvenciones por la jeta. Nunca se me olvidarán las carcajadas con que mis compañeros de Facultad contaban la última que había protagonizado el adjunto del Departamento de ... (bueno, tampoco hace falta que diga de qué departamento era, ¿no?) cuando, en un baile organizado por la Facultad para celebrar la festividad de San Alberto Magno, tras trasegar el sexto whisky, se iba colgando del hombro de todo el que caía en sus redes para contarle al oído que él había nacido dos días después de la muerte de Albert Einstein.
El método científico (II)
Enviado por Jordi en Mié, 23/11/2011 - 19:07Este post es el segundo de una serie de cinco que he publicado previamente en mi blog personal en Blogger, Pitufox27, con algunas reflexiones (muy personales y siempre en clave de humor) sobre la ciencia.
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© H Berends - Science. |
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Definición de conceptos.
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Clasificación de conceptos.
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Recopilación de datos y elaboración de estadísticas.
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Procedimientos de medición.
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Creación de hipótesis y deducción de predicciones.
EL MÉTODO CIENTÍFICO
Enviado por Jordi en Vie, 23/09/2011 - 01:42Este post es el primero de una serie de cinco que he publicado previamente en mi blog personal en Blogger, Pitufox27, con algunas reflexiones (muy personales y siempre en clave de humor) sobre la ciencia.
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© Laura Shreck - Satelite 2. |
Desde muy pequeño me dí cuenta que, si queremos aprender algo del mundo que nos rodea, debemos, sobre todo, ponernos de acuerdo en dos cosas: hablar un lenguaje único, y emplear un método único de enfrentarnos a lo desconocido.
¿Cómo podemos ponernos de acuerdo sobre cualquier cosa si tú y yo tenemos nuestro punto de vista propio? Tú puedes ver una pared más o menos recta, pintada de un color que denominas blanco y tener la impresión de que está más o menos bien conservada. En cambio, yo puedo verla y pensar que está mal construida, torcida, pintada de un insufrible color grisáceo, cochambrosa y a punto de caerse... Y si aparecen terceras, cuartas..., etc, opiniones, la cosa se irá complicando cada vez más, hasta convertir un sencillo diagnóstico del estado de una pared en una reunión de una comunidad de propietarios... Mil voces y ninguna repetida.
SOBRE GEYSERES Y MADRES ENFADADAS
Enviado por Jordi en Sáb, 02/10/2010 - 23:36
Aunque la mayoría de los lectores de Química Orgánica estén más acostumbrados a oir hablar de aminas y ciclopentanos que no de bisulfitos y cloruros es evidente que estamos hablando en el mismo lenguaje. La Química es la ciencia que estudia el comportamiento y estructura interna de la materia como tal y sus posibles transformaciones. Conceptos como el de especie química, molécula, átomo... son comunes a todas las ramas de la Química.
En mis años de infancia y posterior pre-adolescencia, muchas de las preguntas que me venían a la mente se referían a nombres raros acabados en -ico, en -ato, en -uro... Por aquél entonces, yo aún no tenía excesivo acceso a las fuentes de información que, años más tarde, en la Universidad, descubrí que se ocultaban en diversas bibliotecas, repartidas por Facultades y seminarios...
EURISKŌ
Enviado por Jordi en Lun, 27/09/2010 - 03:23¿Por qué pienso que la intuición tiene importancia en Química, y especialmente en Química Orgánica?
En mi primera entrada de bitácora (Antiguos compañeros de viaje...) ya expliqué cómo el descubrimiento
de la Química para mí resultó ser una especie de encuentro con viejos amigos. Los nombres, las fórmulas,
los comportamientos... me resultaban conocidos nada más acabarlos de descubrir. Mis primeras clases de
Ciencias Naturales en las que se trataba la teoría atómica, los sucesivos modelos de átomos, la tabla
periódica... eran un contínuo chorro de luz arrojado sobre regiones, hasta ese momento, oscuras en lo más
profundo de mi conocimiento. Al menos, así lo sentía yo. Es como si siempre hubiese habido en mi interior
una serie de informaciones alumbradas por tenues lucecitas que, tras alguna frase de mi profesora en la
pizarra que provocaba el chasquido de un interruptor escondido en algún remoto rincón de mi cerebro, de
repente se convertían en grandes focos de luz que iluminaban toda esa información y la hacían aparecer de
golpe en mi yo consciente...
ANTIGUOS COMPAÑEROS DE VIAJE...
Enviado por Jordi en Sáb, 25/09/2010 - 05:30Cuando uno empieza a enfrentarse a la Química no sabe distinguir lo orgánico de lo inorgánico. De alguna forma es como si la Naturaleza se abriera de par en par ante ti, con toda su grandeza y tú te sientes pequeño, ignorante... observándolo todo con infinita curiosidad y ninguna certeza de nada. Los prospectos de los medicamentos que puedes encontrar por casa, al leerlos, te suenan todos a bisulfato de cosa química. Muy interesante, ¡evidentemente!, pero chino para ti...
Lector empedernido, hace tiempo que sabes que un tal Demócrito, filósofo de la antigua Grecia, pensaba que la materia no podía estar formada por cosas cada vez más pequeñas hasta el infinitésimo: en algún momento, el proceso de división de la cosa tangible nos debería permitir alcanzar las piezas del rompecabezas con que algún dios se habia entretenido montando nuestro Universo. Esas piezas, como sólo a un filósofo griego se le podía ocurrir, fueron oportunamente bautizadas con el nombre de ἄτομον, es decir, sin división.